Aprendizaje emocional y social

por Encarnación Hernández Pérez, Mario Pena Garrido, Lidia Losada Vicente,

  • Editorial: Sanz y Torres, S.L.
  • Edición: 1ª 2024
  • Idiomas: Español, Castellano
  • Plaza de edición: MADRID , España

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Material válido para:

Universidad Carrera Curso Asignatura Tipo de material
 
UNED Educación Infantil Aprendizaje Emocional y Social Texto Básico
  • Papel:

    • ISBN: 978-84-19947-48-2
    • Páginas: 164
    • Dimensiones: 170 cm x 240 cm
    • Encuadernación: Rústica

    Disponible

    pvp.24,96 €

    cantidad:

  • Formato electrónico:

    • ISBN: 978-84-19947-85-7
    • Formato: pdf
    • Tamaño: 4.898 KB
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    pvp.18,00 €


Información detallada:

Resumen del libro

La formación del profesorado es uno de los elementos indispensables para lograr la mejora de la calidad de la educación; más aún, cuando se encuentran en la etapa inicial de la adquisición de competencias docentes. Por eso, en este libro se ofrecen contenidos y reflexiones relativos al aprendizaje emocional y social en la primera infancia, con el deseo de aportar una síntesis de algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta en la formación de los maestros y maestras de Educación Infantil.

En el primer capítulo, se ofrecen algunas claves sobre el acompañamiento respetuoso en la infancia; se ahonda en la trascendencia del ambiente en el desarrollo emocional y se propone una conceptualización de las emociones. Finaliza con la descripción de algunas emociones y su incidencia en el desarrollo infantil.

En el segundo capítulo, se exponen algunas de las teorías del aprendizaje emocional y social; concretamente, se abordan brevemente la del aprendizaje observacional de Bandura y la del aprendizaje conductual; el objetivo es entender cómo se adquieren, en la primera infancia, las conductas emocionales y sociales.

Asimismo, se describe uno de los constructos más recientes, como es la inteligencia emocional; desde su aparición en el año 1990 ha sido ampliamente utilizado para explicar el comportamiento humano y sus implicaciones en ámbitos educativo, organizacional y de salud. En este capítulo nos centramos en el ámbito educativo y su desarrollo en la primera infancia; por otro lado, se detallan los modelos teóricos más relevantes y sus instrumentos de medida; de esta manera, se enuncian algunas de las características más relevantes de los modelos de IE-habilidad de Mayer y Salovey, de inteligencia emocional social de Bar-On, de competencias de Goleman y de IE-rasgo de Petrides y Furnham.

Finalmente, se alude al concepto de educación emocional y su concreción en cinco competencias relevantes para el correcto desarrollo emocional y social de los niños y niñas de 0 a 6 años: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, conciencia social y competencias para la vida y el bienestar. En la búsqueda del deseado equilibrio emocional y social se insiste en la trascendencia de incorporar en los currículos escolares una educación emocional. El fin último de esa educación emocional ha de ser la consecución de competencias emocionales, entendidas estas como el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales (Bisquerra et al., 2010).

En el capítulo tercero, ahondaremos en las aportaciones de la neurociencia y su relevancia en nuestro desempeño docente. Conoceremos las claves anatómicas y funcionales del cerebro y su incidencia en el desarrollo infantil y el aprendizaje. Prestaremos una especial atención al desarrollo emocional y el poder de la educación como herramienta que incide en el cerebro de los más pequeños. Las funciones ejecutivas y su relevancia en la regulación cognitiva, conductual y emocional serán igualmente trascendentes en este capítulo. Concluiremos con unas claves para ayudar a nuestros niños a adaptarse con éxito a las demandas del entorno escolar, familiar y social desde unas prácticas basadas en la evidencia que señalan el irreemplazable papel de las emociones y del trabajo cooperativo.

En el cuarto capítulo, se presentan propuestas prácticas para la incorporación de la educación emocional al currículum de la etapa de Educación Infantil. Previamente, se muestran las características de la educación emocional y su presencia en la legislación vigente. En este sentido, además de la presencia en la LOMLOE (2020) o en el Real Decreto 95/2022 que ordena las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil (2022), se realiza un breve recorrido por las características de la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de Protección integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LOPIVI), por sus relaciones con los fines de la educación emocional para procurar el bienestar en el alumnado.

La intervención para la educación de las emociones requiere de sistematicidad en el diseño, el desarrollo y la evaluación de los programas dedicados a estos fines. El rigor necesario al desarrollar las actividades que conforman los programas tiene implicaciones en la formación de docentes o de otros agentes educativos, como los padres y las madres. Los beneficios personales y profesionales de la adquisición de competencias emocionales por parte de quienes desarrollan la actividad docente en la etapa de Educación Infantil justifican esta formación, por sus efectos positivos en el alumnado y, si cabe, en los agentes educativos de su contexto más próximo.

Se presenta una selección de aplicaciones prácticas de la educación emocional en la primera infancia que se fundamentan en los modelos de inteligencia emocional y del aprendizaje social y emocional. Una revisión de los resultados de la investigación educativa nos ofrece una variedad de beneficios para el alumnado, por lo que la educación de las emociones merece estar integrada en el currículum, un lugar destacado en la programación del aula de esta etapa educativa.

Finalmente, en el último capítulo del libro, se presenta una brillante propuesta en la que se repiensa el acompañamiento emocional a través de los cuentos tradicionales. A través de imágenes arquetípicas, los cuentos tradicionales recogen todo lo que convive en nuestro interior (lo agresivo, lo vergonzoso, lo miedoso, lo valiente…); estos símbolos impactan directamente en nuestro inconsciente. En su Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Betthelheim (2024) ahonda en el poder transformador de los cuentos de hadas: «Para poder dominar los problemas psicológicos del crecimiento (…) el niño necesita comprender lo que está ocurriendo en su yo consciente y enfrentarse, también, con lo que sucede en su inconsciente». Los niños necesitan cuentos. Relatos que aborden sus temores, dificultades y anhelos desde un lugar seguro, el que ofrece el espacio mágico de la narración.

Nuestra propuesta, mostrada en este capítulo, alineada con la de Martínez-Pardo (2018), parte de un acompañamiento emocional en el que se permite al niño entrar en contacto con sus emociones (sean estas las que sean). Un verdadero aprendizaje precisa de una vivencia genuina, que ofrezca al menor la oportunidad de, una vez que ha sentido y transitado por ese mundo emocional, adquirir estrategias para aprender a vivir con todo lo que siente. En este acompañamiento emocional, la persona educadora resulta crucial (los cuentos no sirven para dormir a los niños, sino para despertar a los adultos). Ayudar al niño en ese viaje interior precisa de un trabajo emocional previo del adulto. En palabras de Martínez-Pardo (2018): «Para acompañar a los niños en los angostos caminos de los bosques oscuros uno tiene que haber aprendido a hacerlo primero. Si no, corremos el peligro de no dejarles entrar, por nuestro miedo, negándoles así la oportunidad de orientarse en la oscuridad».

Como conclusión, podemos afirmar que los procesos madurativos infantiles precisan de un ambiente respetuoso, sabedor de la idiosincrasia de esta etapa. Conocer sobre el desarrollo evolutivo del niño nos permite despojarnos de tópicos y prácticas poco saludables. Como consecuencia, hemos de reevaluar las prácticas educativas que, por inercia, imperan aún hoy en día en nuestros estilos educativos y escuchar, libre de prejuicios, el lenguaje emocional de nuestros niños. Dada la omnipresencia de la emoción en los primeros años de desarrollo, resulta necesario adecuar nuestras intervenciones al ritmo madurativo de cada niño para lograr un verdadero respeto, fundamentado en el conocimiento y la observación (González-Vara, 2015).

Dª Encarnación Hernández Pérez

Dº Mario Pena Garrido

Dª Lidia Losada Vicente



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